No es algo nuevo incluir verduras en recetas de bizcochos y tartas. Desde aquí animo a quien aún no lo haya probado. El resultado es magnífico, se obtiene un bizcocho muy jugoso y no se aprecia en absoluto el sabor a hortaliza. Además, se añade un plus de fibra, vitaminas y algunos nutrientes más. En ésta ocasión elaboramos el bizcocho con calabacín, que posee multitud de propiedades beneficiosas para la salud.
El calabacín, también llamado zucchini, está compuesto de un 95% de agua. Este alimento no tiene ningún contenido calórico, por este motivo es altamente beneficioso para el organismo, conteniendo todo lo necesario para proteger el sistema cardiovascular.
En estudios realizados con este producto, se ha demostrado que 100gr, de calabacín sólo aportan 15gr de calorías, pero en cambio contiene una buena cantidad de minerales y oligoelementos.
En relación con su contenido vitamínico, destaca la presencia discreta de folatos, seguido de la vitamina C. También contiene vitaminas del grupo B como B1, B2 y B6, pero en menores cantidades.
Los folatos intervienen en la producción de glóbulos rojos y blancos, en la síntesis del material genético y en la formación de anticuerpos del sistema inmunológico.
Destaca por su contenido en magnesio, sodio (responsable en parte de su marcado sabor), yodo, hierro y calcio, estos dos últimos de peor aprovechamiento que los que proceden de los alimentos de origen animal (lácteos, carnes y pescados).
La vitamina C tiene una acción antioxidante, interviene en la formación de colágeno, huesos, dientes y glóbulos rojos, además de favorecer la absorción del hierro de los alimentos y aumentar la resistencia frente a las infecciones.
En cuanto a su contenido en minerales, el calabacín es una buena fuente de potasio, además de presentar pequeñas cantidades de magnesio y fósforo.
El potasio es un mineral necesario para la transmisión y generación del impulso nervioso y para la actividad muscular normal. Además, actúa en el equilibrio acuoso dentro y fuera de la célula.
El magnesio juega un papel importante en la formación de huesos y dientes, se relaciona con el funcionamiento del intestino, nervios y músculos, mejora la inmunidad y posee un suave efecto laxante.
El calabacín presenta una pequeña cantidad de hierro, pero este mineral apenas se asimila en nuestro cuerpo.
Esta hortaliza contiene además unas sustancias denominadas mucílagos que son un tipo de fibra que suaviza y desinflama las mucosas del aparato digestivo.
Su preparación hace posible realizar muchas variedades de platos, permitiendo diferentes combinaciones, pues es uno de los vegetales que se puede adicionar a diferentes preparaciones aportando a cada una de ellas un sabor muy especial.
Debemos recordar que para llevar una dieta sana y equilibrada siempre tenemos que incluir en nuestros platos diarios abundantes vegetales, entre los cuales no puede faltar el ccalabacín.
Ingredientes (Molde para bundt cake de 10 tazas o 2,5 litros – Diez raciones) :
- 350 G Harina de trigo para repostería
- 60 G Cacao en polvo sin azúcar
- 120 G Aceite de girasol o 175 G de mantequilla a temperatura ambiente
- 200 g Azúcar blanco
- 100 g Azúcar moreno
- 3 Huevos L a temperatura ambiente
- 125 Ml leche entera
- 1 Cucharada de extracto de vainilla
- 500 G Calabacín rallado
- 170 Gotas de chocolate o 150 g nueces (opcional)
- 14 G Levadura química
- 5 G Bicarbonato sódico
- 6 G Sal gruesa marina
- Aceite de oliva virgen extra para pincelar el molde de bundt cake
Elaboración:
Lavar, pelar y rallar los calabacines. Dejarlos escurrir sobre un colador para desechar el exceso de líquido.
En un cuenco amplio tamizar la harina, el cacao en polvo, la levadura y el bicarbonato. Después, añadir la sal marina.
Precalentar el horno a 175C calor arriba y abajo, colocar la rejilla del horno dentro del mismo, de tal manera que cuando se hornee el bizcocho éste quede a media altura.
Usa una brocha de cocina para pincelar con aceite el interior de un molde (recomiendo utilizar un molde que tenga agujero central «Bundt cake» para que por él circule el aire caliente del horno y el bizcocho quede bien cocido por la parte central). Para engrasar molde también se puede usar un spray antiadherente o mantequilla y harina.
Batir los huevos junto al azúcar con las varillas (preferiblemente eléctricas) a máxima velocidad y por un tiempo superior a los diez minutos. Cuando los huevos hayan duplicado su volumen y la mezcla adquiera un color blanquecino, estará lista.
Añadir el aceite y continuar batiendo, hasta integrar por completo.
Bajar al mínimo la velocidad de la batidora de varillas e incorporar la leche y el preparado de harina. Después, añadir el calabacín rallado y seguir batiendo hasta conseguir una mezcla homogénea.
Para finalizar, (si hemos decidido incluirlas en la receta) añadir las pepitas de chocolate o las nueces.
Verter la mezcla en el molde de bundt cake y darle unos golpecitos contra la superficie de trabajo, para eliminar las posibles burbujas de aire que se hayan podido crear durante el batido de la mezcla.
Hornear 50-60 minutos. Pasada media hora, se puede abrir la puerta del horno con rapidez (para que no se pierda calor) y comprobar la cocción del bizcocho pinchando la masa con un testador o palillo.
Cuando el testador salga limpio, el bollo estará cocido.
Sacar el molde del horno y dejarlo reposar en el molde sobre una rejilla enfriadora durante 10 minutos.
Pasado el tiempo, golpear ligeramente en los lados para ayudar a separar el bizcocho, desmoldar sobre la rejilla, boca abajo, y dejar enfriar totalmente.