Preparar masa de pizza en casa es muy sencillo. El sabor y la textura no tiene comparación con las bases o masas industriales que venden en las superficies de alimentación.
El tiempo de elaboración es de 20-30 minutos (más el tiempo de levado; aprox. 1hora). En este caso, merece la pena invertir tiempo para preparar masa de pizza de forma casera. Podéis preparar cantidad extra para usar la masa en otra ocasión.
Os informo de que si sobra masa, la podéis congelar. Para ello, envolverla en plástico film, escribir la fecha de fabricación con un rotulador y guardarla en un recipiente hermético dentro del congelador. Conservada adecuadamente, podéis consumirla preferentemente en un periodo no superior a tres meses.
También, podéis congelar la pizza ya formada. Para que la pizza quede como recién hecha, debéis precocer la masa 10 minutos dentro del horno precalentado a máxima potencia antes de añadirle los ingredientes. Dejarla enfriar por completo sobre una rejilla, ponerla encima de papel de hornear cortado a medida y, después añadir los ingredientes elegidos. Envasar en bolsas destinadas a la conservación de alimentos congelados o envolverla a piel con film transparente, poner otra capa de papel de aluminio para asegurar su conservación y escribir la fecha de fabricación en el envase. Como en el caso anterior, se puede consumir por un periodo no superior a tres meses. Para hornear las pizzas congeladas, precalentar el horno a 250C o a la temperatura que lo hagáis habitualmente, desenvolver la pizza y hornear entre 10-15 minutos.
Ingredientes (dos discos de masa para pizza grandes o tres medianos):
- 225 Ml Agua
- 1 Cda Aceite de oliva virgen extra
- 1 cdta Sal
- 400 G Harina especial pan
- 12 G Levadura fresca de panadería
Elaboración:
En un bol grande introducir parte de la harina. Dejar unas 4 cucharadas de harina separadas para ir engordando la masa.
Formar un volcán con la harina y realizar un hoyo en el centro.
Disolver la levadura en agua templada y verter la mezcla en el centro del volcán.
Añadir el aceite de oliva y la sal (es importante que la sal y la levadura no entren en contacto directo, para no tener problemas en el proceso de fermentación).
Integrar todos los ingredientes con una cuchara de madera, cuando se obtenga una masa todavía ligeramente pegajosa, preparar la zona de amasado.
Espolvorear el lugar con un poco de harina, sacar la masa del bol y empezar a trabajar la masa con las manos. Es muy importante el refinado de la masa para que quede más elástica y suba mejor. Para refinarla, debemos estirar la masa como un churro y retorcerla en espiral varias veces. Volvemos a juntar y amasar de nuevo durante diez minutos.
Después de esos 10 minutos, podremos manipular la masa con más rapidez e irá quedando elástica y homogénea.
La medida de harina correcta es “hasta que la masa no se pegue a las manos”, pero tampoco se debe de abusar (yo en los ingredientes he puesto 400 G aunque en realidad empleé unos 40 gramos más, todo depende de la harina pues no siempre viene de moliendas iguales, ni el trigo es el mismo).
Tornar la masa en una bola.
Engrasar un bol con unas gotas de aceite e introducir la bola de masa en él. Tapar el bol con un paño de algodón durante unos 45 -50 minutos (para saber el tiempo que se debe dejar levar la masa, utiliza el siguiente truco; si al apretarla con un dedo la masa vuelve a su posición original, estará lista para preparar).
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