Oh mamma, quanto é buona la pasta! Es la primera vez que elaboro pasta en casa. El resultado fue todo un éxito y el acabado muy profesional en cuanto a sabor, textura y presentación.
La masa se prepara con ingredientes básicos; harina mezclada con agua, a la cual se puede añadir sal, huevo, verduras u otros ingredientes, formando un producto que generalmente se cuece en agua hirviendo. Aunque cualquier harina sirve para este propósito, la mayor parte de las recetas occidentales siguen la tradición italiana y emplean el trigo candeal o la sémola de trigo duro. En Oriente son habituales otros materiales, como la harina de alforfón o de arroz.
Son muchas las hipótesis que se han debatido en torno al origen de la pasta. Algunos investigadores adjudicaban el descubrimiento a Marco Polo en el siglo XIII, el cual la introdujo en Italia de vuelta de uno de sus viajes a China, en 1271. Sin embargo, investigaciones más recientes, confirman que las referencias más antiguas se localizan en Italia y datan del año 1152. Un siglo antes que lo señalado en la teoría de Marco Polo.
Cuando los griegos fundaron Nápoles, adoptaron un plato que hacían los nativos y consistía en una pasta de harina de cebada y agua, que luego secaban al sol. En la antigua Roma, también se encuentran relatos de platos de pasta, que datan del siglo III antes de Cristo. El dominio de Roma fomentó la expansión y el cultivo de los cereales en toda la cuenca mediterránea y en la época los romanos ya habían desarrollado instrumentos, utensilios y procedimientos para la elaboración de la pasta.
En cuanto a valor nutricional se refiere, la pasta aporta por cada 100 G – 370 kcal. El principal aporte a la nutrición es el hidrato de carbono, posee un 13 % de proteína (si la pasta contiene huevo, aumentará la cantidad de proteína) y sólo un 1,5 % de grasas y minerales. Las pastas de colores aportan también algunas vitaminas del grupo B, ya que en su preparación se utilizan hortalizas tales como espinacas, zanahoria, tomate… Los hidratos de carbono aportados, son de absorción lenta con lo que libera la energía poco a poco, manteniendo por más tiempo la sensación de saciedad. La pasta aporta también un porcentaje aceptable de de fibra vegetal (sobre todo la integral), lo que favorece el funcionamiento gastrointestinal y ayuda a metabolizar el colesterol y los triglicéridos. La pasta no es un alimento completo, ya que aporta pocas proteínas y grasas, por lo que hay que complementarlas con otros alimentos.
En casa nos encanta la pasta, como plato principal acompañado de carne, pescado o verdura ¡Es ideal! Según el tipo de ingredientes con los que complementemos el plato, aportara los nutrientes y la energía necesarios para pasar la tarde fuertes y animados. Además, la pasta permite una digestión fácil y lenta, por lo que resulta un buen aporte energético para actividades que requieren esfuerzo físico o mental.
Ingredientes (para dos personas):
- Pasta fresca al huevo
- 50 G Queso Gouda
- 30 G Queso de Oveja Semi o curado
- 50 G Queso Emmental
- 50 G Mahonesa
- 25 Ml Vino blanco
- 1 Cebolleta mediana
- Sal
- Pimienta
- Salsa al pesto
Elaboración:
Elaborar la salsa al pesto como se detalla en la receta que hay publicada en este blog (ticar sobre la palabra «Salsa al pesto» en el listado de ingredientes).
Prepara la masa para la pasta, según se indica en la receta colgada en una de las entradas de este blog (pinchar en la palabra «Pasta fresca al huevo» de la lista de ingredientes).Picar la cebolleta muy fino.Añadir la cebolleta picada, la mahonesa y el vino blanco.
Salpimentar al gusto.
Enharinar la mesa de trabajo y estirar la masa de pasta fresca con la ayuda de un rodillo, hasta alcanzar un grosor de 1mm.
Cortar toda la pasta según se haya elegido (en mi caso, cuadrados).
Poner un pequeña cantidad de relleno de queso en el centro de los raviolis, dejando un espacio en todos los extremos.
Humedecer con agua los límites de los raviolis y colocar encima otra lámina de pasta (tiene que tener la misma forma y misma dimensión).
Presionar los bordes para sellar los raviolis y con un cortapasta o cuchillo afilado, sajar las orillas para rematar los extremos.
Poner en una cazuela a fuego medio-alto, agua con sal. Cuando comience a hervir, introducir la pasta y cocer durante 15-20 minutos. Según el grosor y tamaño de las piezas.
Cuando los raviolis estén cocidos, pasarlos a un colador para escurrir y retirar el líquido.Servir muy caliente con la salsa al pesto.