¡Que ganas tenía de publicar esta fantástica tarta de tres chocolates! Además de compartir la fórmula para su elaboración. La tarta es exquisita, suave, cremosa, con un sabor intenso a chocolate muy agradable al paladar, tremendamente fácil de preparar y bastante ligera, al contrario de lo que pueda parecer.
La tarta de tres chocolates ya es un clásico, muy popular en los libros de repostería y sobre todo en la red, donde se pueden encontrar multitud de variantes para prepararla.
La tarta es de las denominadas tartas cuajadas o tartas frías que no necesitan horno para su elaboración y que consiste en una superposición de tres capas de cremas con distintos tipos de chocolate, la receta que se explica en esta página es la más tradicional, aunque se puede experimentar con distintos tipos de chocolates que hay en el mercado o mezclando los sabores del chocolate con los de algún sabor complementario. El ingrediente para solidificar las cremas de chocolate también puede variar según la fórmula de la receta, pudiendo ser empleado; el polvo de cuajada o cuajo líquido, láminas de gelatina o crema espesada con huevo y harina de maíz. También es muy frecuente encontrar recetas en las que se sustituye la base de galleta por un bizcocho ligero.
Para disfrutar al máximo de este tipo de elaboraciones en las que el chocolate es el protagonista, se debe tener en cuenta que el chocolate y sus derivados son alimentos muy energéticos por su alto contenido de hidratos de carbono y de grasas. La grasa proviene sobre todo de la manteca de cacao, que es el aceite que se obtiene tras exprimir las almendras de cacao molidas. En ella predominan ciertos ácidos grasos saturados como el esteárico que, a diferencia de otros ácidos de su misma familia, no tienen relación con el aumento de las cifras de colesterol en sangre. Su aporte de proteínas es muy bajo, salvo que se le añada leche o sus componentes. El chocolate es un alimento tónico, dado que contiene «teobromina», una sustancia estimulante del sistema nervioso, similar a la cafeína del café o a la teína del té, pero de menor intensidad en su efecto excitante. Por último, dado su alto contenido de grasa conviene consumirlo en cantidades reducidas (20 gramos la ración). Los expertos en Nutrición consideran que el consumo del cacao en sus diversas variedades es recomendable dentro de una dieta equilibrada y en cantidades moderadas para individuos sanos de todas las edades.
Antes de detallar la receta de esta deliciosa tarta, dejo un relato sobre la historia del chocolate. Han pasado cientos de años desde su descubrimiento hasta la creación de las primeras pastillas comerciales y lo que hoy en día conocemos como tabletas de chocolate.
Los antecedentes del chocolate se ubican en nuestros antepasados de principios del siglo XVI, cuando Cristóbal Colón y su tripulación, anclados en la isla de Guanja frente a las costas de Honduras, recibieron como presente de los habitantes de esta isla unas pequeñas nueces de forma ovalada y color marrón. Con ellas se elaboraba el xocolatl, una bebida de fuerte sabor que producía una gran energía y vitalidad. Para conseguir esta preciada bebida se tostaba el fruto y se molía. A la masa pastosa se le añadía agua, se calentaba la mezcla y se retiraba la manteca de cacao, que posteriormente se batía y se mezclaba con harina de maíz para espesarla. Diversas especias añadidas como la pimienta le daban un curioso y fuerte sabor que no fue muy apreciado por los descubridores. Pero no es hasta la llegada de Hernán Cortés a México, en 1519, cuando se puede hablar del verdadero descubrimiento del cacao por parte de los españoles, que dieron a este fruto el nombre de amígdala pecuniaria o almendra del dinero, ya que era usado también como moneda de cambio.
La civilización maya empezó a cultivar el árbol del cacao hace más de 2000 años. En esta cultura se le daba un gran valor a sus semillas, que se utilizaban como moneda y, gracias a sus cualidades nutritivas, como alimento. También la cultura azteca fue la continuadora de esta tradición. Para los aztecas, el cacao era un regalo de los Dioses, recibido a través de quetzalcoatl, su dios de la cultura y jardinero del paraíso. Según la mitología azteca, quetzalcoatl, al ser expulsado del Paraíso, prometió a su pueblo que regresaría.
Así, cuando Hernán Cortés apareció en las costas de su Imperio, pensaron que era la reencarnación de quetzalcoatl. Moctezuma, emperador de los aztecas, lo recibió como una divinidad y le ofreció en un vaso de oro el «alimento de los dioses», reservado a personas de alta posición social. Hernán Cortés se dio cuenta pronto del valor nutritivo y tonificante de esta bebida, que permitía a los soldados españoles permanecer todo el día de marcha sin ningún otro tipo de alimento y favoreció y extendió su cultivo.
Sin embargo, hubo que esperar casi un siglo hasta que, para adaptarlo al paladar europeo, se empezase a endulzar con miel y, un poco más tarde, con azúcar, dando origen a un chocolate de sabor parecido al actual. El chocolate alcanzó una gran popularidad gracias a que la Iglesia consideró que su consumo no rompía el ayuno y a su adaptación como bebida oficial de los reyes y de la corte española.
A inicios del S. XVII las infantas españolas, en especial María Teresa, hija de Felipe V, que se casó con Luis XIV de Francia (el Rey Sol), fueron introduciendo la costumbre de tomar chocolate en la corte de Francia, cuyos ciudadanos instauraron la costumbre del chocolate líquido, a diferencia de España donde se tomaba chocolate espeso. Así se extendió su consumo por toda Europa, donde se abrieron salones en las principales ciudades y beber chocolate se convirtió en un signo de distinción y elegancia.
A finales del siglo XVIII, el chocolate se empieza a preparar con leche y azúcar, y las damas francesas ponen de moda los «bon bon», trocitos de chocolate para degustar a cualquier hora. A partir de los inicios del siglo XIX se empieza a fabricar en forma de tabletas para su comercialización, tal y como lo conocemos hoy en día.
Ingredientes (molde 16 cm de diámetro):
Base de galleta:
- 5 Galletas integrales «digestive» o similar
- 1 Cdta cacao puro en polvo 70%
- 20 Ml Leche desnatada
Crema chocolate negro:
- 50 G Chocolate negro 70% de cacao
- 80 G Leche (puede ser desnatada)
- 80 G Nata líquida para montar (puede ser ligera)
- 15 G Azúcar
- 4 G Cuajada (Royal®)
Crema de chocolate con leche:
- 50 G Chocolate con leche
- 80 G Leche (puede ser desnatada)
- 80 G Nata líquida para montar (puede ser ligera)
- 10 G Azúcar
- 4 G Cuajada (Royal®)
Crema de chocolate blanco:
- 50 G Chocolate blanco
- 80 G Nata líquida para montar (puede ser ligera)
- 80 G Leche (puede ser desnatada)
- 4 G Cuajada (Royal®)
Decoración:
- Bolitas crujientes de tres chocolates o decoraciones de chocolate al gusto (opcional)
Elaboración:
- Base de galleta:
Las galletas tipo digestive tienen la textura idónea para preparar bases de galleta en tartas frías. Si se desea se puede realizar la receta de las galletas integrales “digestive” que hay publicada en este blog (son deliciosas y perfectas para este cometido). Para acceder a la receta de forma rápida, pinchar sobre la palabra “Galletas integrales digestive” que se encuentra en el listado de ingredientes.
Disponer sobre la mesa de trabajo un molde desmontable de paredes altas (15 cm de diámetro). Forrar la base del molde con papel de hornear cortado a la misma medida o colocar una base para tarta de las mismas dimensiones.
Engrasar el interior del aro del molde con espray antiadherente o aceite y retirar el exceso con un papel absorbente de cocina o revestirlo con una tira de lámina de acetato (no es imprescindible, pero se recomienda si se desea un acabado profesional).
Triturar las galletas en un robot de cocina o similar y mezclarlas con el cacao en polvo y la leche, hasta obtener una masa arenosa y densa.
Esparcir la mezcla de galleta dentro del molde y acomodarla con ayuda de una cuchara para igualar la superficie (no presionar la galleta en exceso para que la base no quede demasiado compacta). Reservar.
Para un sabor y textura premium, se recomienda usar un chocolate de buena calidad. En este caso, para la crema de chocolate negro se ha utilizado chocolate suizo de Lindt postres 70% y para la confección de las cremas de chocolate con leche y chocolate blanco se han empleado callets de chocolate con leche Callebaut con un porcentaje de cacao del 33,6 y chocolate blanco Callebaut que contiene un 28% de cacao, ambos fabricados con el mejor chocolate belga.
- Crema de chocolate negro:
Si se usa chocolate en tableta, trocearlo. Si se emplea chocolate en gotas, obviamente no es necesario.
Disolver totalmente la cuajada en 30 grs de leche (no deben quedar grumos) y reservar.
En un cazo poner la nata, el azúcar y la leche restante (50 grs) y llevar a punto de ebullición.
Cuando comience a hervir, retirar el cazo del fuego unos instantes (no hace falta apagarlo), añadir el chocolate, remover hasta fundirlo y verter la leche con la cuajada disuelta.
Después colocar de nuevo el cazo sobre el fuego y hervir durante uno o dos minutos sin dejar de remover, con unas varillas manuales, una lengua repostera o una espátula.
Una vez la preparación haya espesado, verterla de inmediato sobre el molde, encima de la base de galleta. Reservar en la nevera; no hace falta esperar a que enfríe (es muy poca cantidad y templará con rapidez), se puede llevar caliente al refrigerador y enfriará en pocos minutos.
La preparación cuaja rápidamente, pero para asegurar su solidez, dejar pasar 10 minutos antes de comenzar con la siguiente preparación.
- Crema de chocolate con leche:
Para la elaboración de la crema de chocolate con leche seguir exactamente los mismos pasos que se han ejecutado en la realización de la crema de chocolate negro.
- Crema de chocolate blanco:
Para preparar la crema de chocolate blanco proceder según las indicaciones que se han seguido en la elaboración de la crema de chocolate negro y la crema de chocolate con leche. Con una única distinción, en este caso hay que omitir el añadido de azúcar en la mezcla ya que el chocolate blanco por si solo es suficientemente dulce.
Una vez se tenga la tarta confeccionada, dejarla reposar en la nevera un mínimo de 6 horas (siempre y cuando se utilice un molde de las características indicadas, si se usa uno de mayores dimensiones y aumentando la cantidad de ingredientes en la receta, se recomienda prolongar el tiempo de reposo ). Se aconseja realizar la tarta de un día para otro, de este modo los ingredientes estarán más asentados y mejorará su sabor y textura.
Antes de servir, desmoldar la tarta y si se desea, esparcir sobre la ella las decoraciones de chocolate.
¡Irresistible! Espero que la disfrutes.