¿Aún continúas en busca de un dulce tierno, delicioso, bien presentado y saludable? Los donuts de remolacha y trigo sarraceno que se presentan en esta página poseen esas cuatro características. Además, su elaboración es muy sencilla y los ingredientes empleados para preparar la receta son 100% naturales; fáciles de adquirir en grandes superficies de alimentación o tiendas especializadas (herbolarios, comercios de nutrición, internet, etc).
A consecuencia de un equivocado raciocinio, un gran porcentaje de personas piensa que lo saludable no es compatible con lo sabroso y placentero. Por esa razón, desde la cocina de cosmopolitancuisine se ha decidido publicar una serie de recetas que cumplen con todos los requisitos mencionados en el párrafo anterior. Con ello, se pretende fomentar el consumo de productos naturales y beneficiosos para el cuerpo humano, sin renunciar al sabor y a la estética; muy apreciables en el momento de la ingesta.
Aunque la receta de los donuts de remolacha y trigo sarraceno no sea la primera receta healthy que se ha publicado en este blog (siempre fieles defensores y promotores de los alimentos naturales y de las elaboraciones sencillas), hoy de manera oficial en este sitio web, se incluirá una nueva categoría para agrupar a todo tipo de recetas que sean consideradas saludables, aportando bienestar físico y mental a través de los nutrientes que poseen los alimentos frescos, naturales y poco procesados. Excluyendo todo tipo de azúcares refinados, grasas trans y otros ingredientes o condimentos dañinos para el organismo.
La etiqueta para realizar la búsqueda de esta clase de recetas se denominará: «Recetas saludables», y en ese apartado indistintamente se publicarán todas las elaboraciones dulces y saladas que correspondan con ese determinado criterio.Estos ricos donuts de remolacha y trigo sarraceno no tienen absolutamente nada que envidiar a los comerciales en cuanto a presentación, sabor y textura. Además, aportan muchos nutrientes beneficiosos para el ser humano, de los cuales carecen los fabricados de forma industrial.
En la tabla que se muestra a la izquierda se puede ver la información nutricional aproximada correspondiente a un donuts de remolacha y trigo sarraceno (valores medios por una porción de 50 g de producto en crudo). Teniendo en cuenta que los valores nutricionales que se muestran en ella son aproximados y pueden variar según la clase o la marca registrada de ingredientes con los que la receta haya sido elaborada.
Las proporciones de macronutrientes que ofrecen estos exquisitos donuts de remolacha y trigo sarraceno son equilibradas y corresponden a un 51% de Hidratos de carbono, 31% de Grasas saludables y el 18% restante de proteínas (Según las recomendaciones de la OMS (Organización Mundial de la Salud), en una alimentación equilibrada el aporte de energía a nuestro organismo debe provenir en rangos aproximados a un 55% de hidratos de carbono, un 30% de grasas y el 15% de proteínas).
La ingesta de referencia corresponde a un adulto medio (8400kj/2000kcal). Hay que tener en cuenta que los valores porcentuales diarios pueden subir o bajar según el requerimiento calórico diario de cada persona.
Como ya habréis deducido a través del título de la receta, uno de sus ingredientes principales es la remolacha. La remolacha es una hortaliza que le aporta a estos donuts una textura esponjosa, húmeda y suave. Su característico sabor se aprecia sutilmente, poniendo un toque de distinción en cada bocado.
La remolacha es un alimento muy saludable del cual no deberíamos prescindir: es energética, muy aconsejada en casos de anemia, enfermedades de la sangre y convalecencia; debido a su alto contenido en hierro. Además, contribuye en la prevención de distintos tipos de enfermedades y trastornos de la salud.
¿Sabías que…
a partir de la remolacha se extrae un pigmento natural presente en esta raíz que le confiere su particular color rojizo, y que éste es empleado en la industria agroalimentaria para la obtención de un colorante denominado rojo remolacha? Por lo general, este colorante se utiliza para dar color a algunos productos alimenticios como sopas, licores, helados, etc.
Antes de detallar la receta de estos magníficos donuts saludables de remolacha y trigo sarraceno, y después de la breve introducción que se está presentando en este preciso momento, podréis leer un pequeño e interesante resumen a cerca de su ingrediente estrella: la remolacha, también conocida como betabel.
¿Sabías que…
la remolacha se puede comer cruda como complemento de ensaladas (tanto la raíz como las hojas) o cocida? Como todos los alimentos frescos, mantiene mejor sus propiedades cuando está cruda, pero si se desea cocida como ingrediente suplementario en otro tipo de elaboraciones, hay que hacerlo con la piel y posteriormente retirarla. Se desaconseja su compra cocinada y envasada, porque durante el proceso de producción podría haber perdido parte de sus propiedades nutricionales y llevar otros «ingredientes» adicionales que no son considerados beneficiosos para la salud.
La remolacha es una raíz grande y carnosa que crece en la planta del mismo nombre. Pertenece a la familia de las Quenopodiáceas, propias de zonas costeras o de terrenos salinos templados (dentro de esta familia se incluyen también otras verduras tan populares y nutritivas como las espinacas y las acelgas). La remolacha común procede de la especie botánica Beta marítima, conocida popularmente como «acelga marina» o «acelga bravía», planta originaria de la zona costera del norte de África. Su cultivo es muy antiguo, data del siglo II a.C., y dio lugar a dos hortalizas diferentes: una con follaje abundante, la acelga, y otra con raíz engrosada y carnosa, la remolacha.
¿Sabías que…
las antiguas civilizaciones en principio sólo consumían las hojas de la remolacha, y que la raíz de la planta generalmente era administrada como un medicamento para combatir los dolores de muelas y de cabeza?
Los estudios realizados por historiadores han podido confirmar que los romanos ya utilizaban y consumían esta raíz, pero no fue hasta el siglo XVI cuando se estableció principalmente en la dieta de ingleses y alemanes.
A lo largo de los años, el cultivo de la remolacha de mesa fue creciendo y mejorando. En la actualidad, su consumo está muy extendido por todos los países de clima templado, especialmente en Europa, siendo Francia e Italia sus principales productores.
En España, durante el invierno se produce en las regiones del norte, centro y el Levante, mientras que en primavera y verano su producción se concentra en la zona de Andalucía, de esta manera las remolachas comunes o rojas están disponibles en el mercado durante todo el año.
Las variedades más importantes de remolacha son la forrajera y la común o roja.
La remolacha forrajera se utiliza mayormente en la alimentación animal y la remolacha común o roja es consumida como hortaliza por el ser humano.
Dentro del grupo de la variedad remolacha común o roja se distinguen tres tipos en función de su forma: esférica, intermedia y larga. Su tamaño oscila entre 5 y 10 centímetros, y su peso aproximado se encuentra entre 80 y 200 gramos.
Una de las características más destacable de la remolacha es su llamativo color, variable según la especie: desde tonalidades rosáceas y violáceas, a colores anaranjados o rojizos, e incluso marrones.
En ocasiones la pulpa suele presentar círculos concéntricos de color blanco, esto es debido a la gran cantidad de azúcares que naturalmente acumula, lo que provoca que su sabor sea notablemente dulce; generalmente acompañado de matices terrosos.La remolacha fresca se suele vender en manojos y es preferible elegir aquellos que posean todas las raíces del mismo tamaño. Así, llegado el momento todas se cocinarán de un modo uniforme. Además es aconsejable escoger aquellos ejemplares lisos, firmes, redondos y carnosos, sin manchas ni magulladuras y de color rojo intenso. Conviene que las piezas seleccionadas contengan hojas verdes, ya que indica que la raíz es joven. A pesar de que las hojas estén mustias o blandas, la raíz está en buenas condiciones si se la siente firme al tacto. Si se desea hacer uso de las hojas de la remolacha, éstas, además de verdes, deben estar tiernas. Por el contrario, deben ser rechazadas las que presenten un aspecto alargado y de piel escamosa en la parte superior, porque resultarán duras, fibrosas y de sabor fuerte.
Para conservar las remolachas frescas, se han de mantener en el frigorífico y en el interior de una bolsa de plástico, así se mantendrán en perfectas condiciones durante dos o tres semanas. Las hojas de la remolacha, por separado, también se deben de almacenar en una bolsa de plástico, sin lavarlas. De este modo y en refrigeración se podrá prolongar su vida útil de tres a cinco días.
No es recomendable congelar la remolacha cruda porque se reblandece, salvo que sean de pequeño tamaño, tras hervirlas en agua salada y nunca más de dos horas. Después se han de sumergir en agua fría para facilitar su pelado. Una vez peladas se pueden cortar y congelar en recipientes herméticos.
La remolacha es una hortaliza que puede consumirse cruda, hervida o en conserva.
Su uso principalmente se da en ensaladas, aunque también puede tomarse sola, con ajos o cebolla, aliñada con un poco de aceite, sal y vinagre, e incluso como se ha hecho en este caso; añadirla en masas dulces y postres.
Para consumirlas crudas, se suelen rallar y aliñar con un poco de aceite y limón, pero resultan más digeribles si previamente han sido cocidas. Para su cocción, conviene introducirlas en agua salada hirviendo sin haberlas pelado con anterioridad, porque si no podrían perder parte de su color, sabor y propiedades nutritivas. Deben hervirse durante al menos una hora, según el tamaño que presenten, pero no más de dos. Una vez que han sido cocinadas se puede eliminar la piel con facilidad y darles el uso deseado.
Si se prefiere también se pueden preparar asadas. Para ello sólo hay que introducirlas en el horno y no sacarlas hasta que estén tiernas. Cocinadas de esta forma, las remolachas conservan casi intactas todas sus propiedades.
Además, con las remolachas se pueden elaboran conservas. Para ello sólamente hay que emplear vinagre o azúcar, que se añadirá a las remolachas una vez que éstas hayan sido hervidas o cocidas.
Asimismo las hojas de la remolacha pueden ser aprovechadas. Cocidas y condimentadas como si fueran espinacas, será una estupenda opción.
Si se analizan las propiedades nutritivas más relevantes que ofrece la remolacha, se puede decir que se trata de un alimento con contenido calórico moderado, ya que tras el agua, los hidratos de carbono son su componente más abundante, lo que la convierte en una de las hortalizas más ricas en azúcares.De sus vitaminas destacan los folatos, que intervienen en la producción de glóbulos rojos y blancos, en la síntesis de material genético y en la formación de anticuerpos en el sistema inmunológico.
También posee ciertas vitaminas del grupo B. Entre ellas se encuentran las siguientes:
- Vitaminas B1 y B2: Se relacionan con la producción de anticuerpos y de glóbulos rojos, y colaboran en la producción de energía y en el mantenimiento del tejido epitelial de las mucosas.
- Vitamina B3: Contribuye en el funcionamiento del sistema digestivo, el buen estado de la piel, el sistema nervioso y en la conversión de los alimentos en energía.
- Vitamina B6: Participa en el metabolismo celular y en el funcionamiento del sistema inmunológico.
En relación con los minerales, es una hortaliza rica en yodo, un mineral indispensable para la buena actividad de la glándula tiroidea, encargada de regular el metabolismo.
Igualmente contiene sodio y potasio, necesarios para la transmisión y generación del impulso nervioso, la actividad muscular, e intervienen directamente en el equilibrio de agua dentro y fuera de las células.
Están presentes en menor cantidad, el magnesio, el fósforo y el calcio (el calcio de la remolacha no se asimila como el que procede de los lácteos u otros alimentos que son fuente importante de este mineral. Esto es debido al ácido oxálico presente en la remolacha, que se une al calcio de este alimento formando compuestos insolubles muy difíciles de ser absorbidos por el intestino).
¿Sabías que…
el ácido oxálico es un compuesto que se produce naturalmente en muchos alimentos de origen vegetal y consumido en grandes cantidades puede interferir en la absorción de ciertos nutrientes y agotar algunos de ellos, como el calcio?
La remolacha está especialmente indicada en dietas de control de peso. Debido a su moderado valor calórico, es preferible consumirla como ingrediente de ensaladas o de verduras, si bien hay que tener en cuenta la ración de consumo y la condimentación (como la de cualquier otro alimento en este caso). Además, gracias a su contenido de fibra proporciona una buena sensación de saciedad, lo que limita el consumo de otros alimentos más calóricos.
¿Sabías que…
muchas personas enfermas pueden beneficiarse del consumo de la remolacha? Sin embargo, se ha de insistir en que la remolacha no cura nada por sí misma, sino que contribuye a la prevención como un alimento saludable en la dieta diaria.
La remolacha también es apropiada en dietas de embarazo gracias a su contenido en folatos. Ésta es una vitamina importante a la hora de asegurar el correcto desarrollo del tubo neural del feto, sobre todo en las primeras semanas de gestación. Su deficiencia provoca en el futuro bebé enfermedades como la espina bífida o la anencefalia. Los requerimientos de folatos son superiores también en los niños. Por eso, incluirlas en su alimentación habitual es una forma válida de prevenir deficiencias.
Asimismo la remolacha contiene pigmentos llamados antocianinas, de acción antioxidante y que le proporcionan su característico color. Los antioxidantes bloquean el efecto dañino de los radicales libres.
¿Sabías que…
la respiración en presencia de oxígeno es esencial en la vida celular de nuestro organismo, pero como consecuencia de la misma se producen ciertas moléculas denominadas «radicales libres»? Los radicales libres ocasionan a lo largo de la vida efectos negativos para la salud a través de su capacidad de alterar el ADN (los genes), las proteínas y los lípidos o grasas.
Existen situaciones que aumentan la producción de radicales libres, entre ellas el ejercicio físico intenso, la contaminación ambiental, el tabaquismo, las infecciones, el estrés, dietas ricas en grasas, la sobre exposición al sol etc.
La relación entre antioxidantes y la prevención de enfermedades cardiovasculares es hoy una afirmación bien sustentada. Se sabe que es la modificación del llamado «colesterol malo» (LDL-c) el que desempeña un papel fundamental en el inicio y desarrollo de la aterosclerosis. Los antioxidantes bloquean los radicales libres que modifican el llamado colesterol malo, con lo que contribuyen a reducir el riesgo cardiovascular y cerebrovascular. Por otro lado, unos bajos niveles de antioxidantes constituyen un factor de riesgo para ciertos tipos de cáncer y de enfermedades degenerativas.La remolacha también contribuye a la prevención de alteraciones en la glándula tiroides. El desarrollo de bocio se asocia a un crecimiento de la glándula tiroides que interviene en la regulación del metabolismo. La aparición de esta enfermedad está relacionada con un consumo muy bajo o nulo de yodo, siendo las dietas deficientes en yodo las más comunes en países desarrollados. Dicha deficiencia puede desaparecer con el empleo de sal yodada, aunque también existen alimentos que aportan este mineral, como es el caso de la remolacha, puesto que, junto con el ajo y la acelga, es la hortaliza más rica en yodo.
¿Sabías que…
hay personas que tienen predisposición a formar cálculos en el riñón de «oxalato de calcio»? Por este motivo se ha de restringir el consumo de remolacha de su alimentación.
Como ya se a mencionado, la remolacha es rica en un tipo de ácido orgánico conocido con el nombre de ácido oxálico. Este compuesto, que también abunda en las espinacas y las acelgas, tiene la capacidad de formar en el intestino complejos insolubles con minerales como el calcio y el hierro que impiden su asimilación.
Por otro lado, gracias a la abundancia de potasio e inferior contenido de sodio, la remolacha posee una acción diurética que favorece la eliminación del exceso de líquidos del organismo. Siendo beneficiosas en caso de hipertensión, hiperuricemia y gota, cálculos renales (salvo de oxalato de calcio), retención de líquidos y oliguria. Con el aumento de la producción de orina se eliminan, además de líquidos, sustancias de desecho disueltas en ella como ácido úrico, urea, etc.
¿Sabías que…
la ingestión de zumo de remolacha reduce la presión arterial gracias a que aumenta la concentración en la sangre de óxido nítrico que dilata los vasos sanguíneos?
Otras indicaciones de la remolacha son:
- Asma: se ha visto que las personas asmáticas se benefician de una dieta rica en vitamina C, en la que es rica la remolacha. Para que esta tenga una mayor efectividad preventiva se debe consumir en crudo, bien rallada en las ensaladas, o bien haciendo un saludable jugo.
- Aterosclerosis: las dietas ricas en fibra, como la que contiene la remolacha, ayudan a reducir la absorción del colesterol.
- Atletas: al ser rica en carbohidratos de acción lenta (8,5%) proporciona energía constante.
- Cáncer: en la remolacha se ha encontrado una sustancia con potencial acción preventiva del cáncer, que se denomina biochanina A y que se consigue tomando un jugo de raíces y hojas de esta hortaliza.
- Cataratas: el betacaroteno que contiene parece ser que previene la aparición de esta afección.
- Degeneración macular: la remolacha es rica en antioxidantes capaces de mejorar el estado de la retina.
- Fragilidad venosa: protege los vasos sanguíneos y el corazón.
Texto inspirado y desarrollado a través de las consultas realizadas a las siguientes fuentes de información: Eroski consumer, Cuerpomente, Ecoagricultor y Wikipedia.
Ingredientes (aproximadamente 13 unidades):
- 200 G Leche de almendras u otra a su elección
- 100 G Remolacha previamente cocida y escurrida o asada
- 100 G Harina trigo sarraceno
- 75 G Harina integral de avena (sin gluten)
- 60 G Huevo orgánico de gallinas de pastoreo
- 50 G Clara de huevo
- 30 G Harina de almendra
- 30 G Miel (si se desea más dulce, aumentar la cantidad de endulzante)
- 1/2 Vaina de vainilla o 1 Cdta. Extracto natural de vainilla
- ½ Cdta. Bicarbonato de sodio
- ½ Cdta. Levadura Royal® u otra marca de preferencia
Preparación:
Precalentar el horno a 170°C con calor en la parte superior e inferior y situar la rejilla del mismo a media altura; de tal modo que cuando se coloquen los moldes sobre ella, se cocinen todos los donuts en la parte central, recibiendo la misma temperatura por ambos lados.
Mientras el horno adquiere la temperatura adecuada, proceder con la elaboración de la receta.
Colocar todos los ingredientes dentro de un procesador de alimentos; comenzando por los ingredientes secos: harina de trigo sarraceno, harina integral de avena, harina de almendra, bicarbonato de sodio y levadura. Seguidamente incorporar los ingredientes húmedos: leche de almendras, remolacha cocida o asada (troceada), huevo entero y clara de huevo, miel y vainilla.
Licuar a máxima velocidad, hasta obtener una masa lisa y homogénea.
Engrasar un molde específico para dar a la masa forma de donuts. Puede ser un molde metálico, de silicona e incluso una máquina eléctrica de donuts.
Para facilitar el llenado de las cavidades del molde, introducir toda la masa dentro de una manga de pastelero (con boquilla o sin ella).
Verter la mezcla repartida de forma equitativa dentro de los orificios del molde, hasta llenar ¾ de su capacidad total (crecerán un poco dentro del horno, debido a la acción de la levadura en la masa).Cuando el horno haya alcanzado la temperatura adecuada, trasladar los moldes a su interior, colocándolos sobre la rejilla previamente instalada en la parte central del mismo.
Cocer los donuts durante 20 o 25 minutos (el tiempo es estimado y será condicionado por el tipo de horno y sus características). Antes de finalizar el horneado, pinchar con un testador o palillo la miga de una de las piezas, para comprobar que la cocción se ha completado. Si el palillo o testador sale limpio y sin restos de masa cruda, el horneado habrá finalizado. De lo contrario se ha de prolongar un poco más su cocción.
Sacar los moldes del horno y dejarlos entre dos y cuatro minutos dentro de los moldes, esto ayudará a su posterior desmoldado.
Pasado el tiempo de reposo, sacar los donuts de los orificios del molde y ponerlos sobre una rejilla de enfriado.
Una vez fríos, se pueden comer tal cual o bañarlos en chocolate. Para esta ocasión se ha utilizado una cobertura de chocolate blanco sin azúcar, teñido con jugo de remolacha; finalizando la decoración con unos granos de almendra previamente tostados.
Los donuts de remolacha y trigo sarraceno se conservarán en perfectas condiciones de consumo durante varios días, dentro de cajas metálicas, tuppers o bolsas aptas para el almacenamiento de alimentos, guardados dentro de la nevera; e incluso pueden ser almacenados dentro del congelador en recipientes adecuados, así durarán aproximadamente un par de meses.
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