Esta semana, para preparar las fiestas navideñas en casa, proponemos cocinar una de las recetas más suculentas, divertidas y sencillas de los menús de estos días: ¡Galletas de jengibre!
Las galletas de jengibre, o “gingerbread”, tienen su origen en el pan de jengibre, casi tan antiguo como la historia occidental, y que se remonta a los antiguos griegos y egipcios, que ya lo consumían en sus prácticas de ritos y ceremonias.
El pan de especias llegó a Europa aproximadamente en el siglo X, cuando los cruzados (militares cristianos afincados principalmente en Europa Occidental, y que participaron de forma directa en alguna de las cruzadas que tuvieron lugar en la etapa del medievo) trajeron la receta desde Oriente Medio, esta receta rápidamente se extendió entre las altas sociedades; y más tarde al resto de la población, cuando se depreció el valor de las especias y éstas comenzaron a ser más asequibles.
¿Sabías que…
La tradición de la elaboración del pan de especias surgió en algunos monasterios europeos en la época medieval? Esta tradición se extendió a Croacia, donde más tarde se convirtió en una actividad artesanal. La receta utilizada por todos los artífices era la misma: hacían una masa con harina, agua, azúcar, bicarbonato sódico y las especias indispensables. La masa se colocaba en moldes, se cocía, se secaba y se pintaba con colorantes alimentarios. Después, cada artesano ornamentaba el pan con imágenes, versos y mensajes a su antojo. En la actualidad esta práctica se sigue conservando.
El tema que se trata a continuación es bastante discutible, ya que en la búsqueda de información acerca del creador y el origen de las galletas con forma humana se pueden encontrar varias referencias históricas que no guardan ningún tipo de relación, en los próximos parrafos se relatan algunas de ellas:
Por un lado, se da cuenta de que la usanza de este tipo de galletas en Navidad fue idea del monje de origen armenio, Gregory de Nicopolis en Grecia, a quien se le atribuye ser el primero en preparar este postre de galletas (gingerbread) o pan de jengibre con forma de hombrecillo. Igualmente, la leyenda relata que fue el mismo monje quien al trasladarse a Francia en el año 992, dio a conocer su atractiva creación culinaria, y enseñó a prepararla a los sacerdotes franceses.
Por otro lado, se dice que fue la reina Isabel I la “creadora” de las galletas de jengibre (o gingerbread people) con formas de personas, que ofrecía a sus invitados como una forma de agasajarlos. Con el tiempo, en las ferias populares se adoptaría la receta y se popularizaría, hasta el punto, que incluso las galletas de jengibre desmigadas servirían de condimento para preparar distintos platillos de carne, especialmente si las galletas empezaban a descomponerse.
Sea como fuere, a día de hoy estas galletas son internacionales y desde que aflora la temporada navideña se convierten no sólo en una parte del postre tradicional para celebrar y compartir, sino también como motivo para la decoración navideña. Su popularidad está muy arraigada, especialmente en la época del año que se está mencionando, la pascua.Esta simpática galleta o masa de jengibre tiene diversas versiones europeas: Pierniczki polaco, el pepparkakor escandinavo, las speculaas holandesas, el pain d’épices francés o el esponjoso lebkuchen alemán. Otras formas de pan de jengibre como son las casas en miniatura, célebres por el cuento de los hermanos Grimm “Hansel y Gretel”, se extendieron en el gusto alemán y también fueron adoptadas, junto a los hombrecillos de pan de jengibre, por los colonos de América del Norte, que también sienten como suya esta vieja tradición.
Estos simpáticos hombres de jengibre han alcanzado tanta popularidad que además cuentan con su propia historia. En el siguiente enlace “aquí”, se puede ver un video explicativo; se trata de un encantador cuento animado, narrado de forma divertida con una didáctica infantil.
La mayoría de los hombres de pan de jengibre comparten la misma forma de apariencia humanoide, paticorta y sin dedos. Muchos hombres de jengibre tienen cara, aunque los rasgos pueden ser hendiduras en la propia galleta o caramelo pegado en ella con glaseado de azúcar o chocolate, según la receta. También son comunes otras decoraciones: pelo, puños de camisa y zapatos, siendo la decoración más popular los botones de la camisa, que tradicionalmente son representados con gominolas, glaseado dulce o uvas pasas.
Las galletas con forma de casas de pan de jengibre, célebres por el cuento «Hansel y Gretel», son una apetitosa variación.
Aunque en la receta que se publica en esta página se embellecen las galletas con chocolate fundido (a nuestro parecer esta forma de presentación queda más formal y elegante) y no se decoran con glaseado de azúcar, como ya se a dicho, sí es habitual hacerlo de este modo, sobre todo en los hogares que también son habitados por niños. Este glaseado es muy sencillo hacer, se prepara con clara de huevo, azúcar glacé y opcionalmente colorante alimentario (pincha aquí para visualizar uno de los muchos vídeos explicativos que circulan por la red, en él se detalla la receta y se indica cómo proceder para aplicar el glaseado sobre las galletas).
Ingredientes:
- 260 G Harina de trigo
- 35 G Harina de trigo de gran fuerza
- 75 G Azúcar moreno suave (clara)
- 75 G Melaza
- 55 G Huevo
- 50G Mantequilla
- 7 G Espéculos: Mezcla molida de especias; Jengibre (en mayor medida), canela y clavo)
- 1 Cdta. Levadura química
- 1/2 Cdta. Bicarbonato
- 1/4 Cdta. Sal
- 100 G Chocolate negro 70%
- 100 G Chocolate blanco
Elaboración:
En un cuenco, mezclar las harinas con el polvo de hornear, el bicarbonato, el jengibre, la nuez moscada y la canela. Cernir la mezcla con un tamiz y reservar.
En otro recipiente batir con unas varillas (preferiblemente eléctricas) energicamente o a intensidad alta la mantequilla junto al azúcar, hasta que la mezcla blanquee y la textura se vea cremosa.
A continuación, agregar el huevo, la vainilla y la melaza hasta integrar todos los ingredientes por completo.
Tras ello, incorporar poco a poco la mezcla de harina mientras se continúa batiendo suavemente, hasta conseguir una masa totalmente lisa y homogénea.
Sacar la masa del cuenco y formar una bola con ella. Después, aplastarla ligeramente y cubrirla a piel con plástico film transparente apto para uso alimentario.
Refrigerar la masa de galletas durante al menos 30 minutos.Pasado el tiempo, la masa debe estar firme y manejable (si la masa quedase muy dura al sacarla de la nevera, dejarla cinco o diez minutos a temperatura ambiente para que adquiera una textura compacta pero fácil de manipular).
Precalentar el horno a 170°C con calor en ambas resistencias y sin ventilador.
Preparar una o dos bandejas de horno antiadherentes o dotarlas con papel parafinado especial para hornear.
Depositar la masa de galletas sobre una superficie lisa y enharinada. A continuación, estirar la masa con un rodillo hasta obtener un grosor de aproximadamente ½ centímetro.
Cortar la masa de galletas con un cortador que tenga la típica forma del muñeco de jengibre e irlas colocando sobre las bandejas, dejando un espacio entre ellas de mínimo dos centímetros de distancia, para evitar que durante el horneado estas se puedan pegar unas a otras.
En el momento que se tengan todas las galletas confeccionadas y el horno haya alcanzado la temperatura adecuada, introducir la bandeja dentro del horno a media altura. Cocer los dulces entre 10 o 12 minutos, depende del tamaño y de el grosor que se les haya proporcionado. Estarán listas cuando sus bordes inferiores adquieran un tono sutilmente dorado.
Para finalizar, sacar la bandeja del horno y dejar reposar las galletas sobre ella durante unos minutos, hasta que estas endurezcan ligeramente.
Cuando se llegue a ese punto, retirar las galletas de jengibre de la bandeja y depositarlas sobre una rejilla para que terminen de enfriar por completo.
Una vez frías, proceder con la decoración. En este caso, simplemente se realiza un baño parcial de las galletas con dos tipos de chocolate fundido.
Para ejecutar el acabado de esta manera, fundir el chocolate (realizando la misma técnica por separado con el chocolate negro y el chocolate blanco) durante unos segundos en un recipiente apto para el microondas (en pequeños golpes de calor de 30 segundos) o en un cazo al baño maría sobre el fuego durante unos minutos.
Cuando el chocolate esté totalmente derretido, introducir una parte de la galleta dentro del mismo y escurrir el exceso de fluido.
Depositar la pieza sobre una superficie lisa y dejar que el chocolate solidifique por completo.
Realizar la misma operación con el resto de galletas.
Consejo,
Cuando se realice un baño de chocolate a piezas que requiera un secado sobre una superficie plana, se recomienda colocar una lámina de acetato o una hoja de papel siliconado adecuada para el uso alimentario sobre la zona de reposo de las porciones. De esta forma, una vez el chocolate haya endurecido, las piezas se despegarán con mucha facilidad.
Si se desea proporcionar un “aire” más alegre a la decoración de las galletas usando glasa de colores, se deja una propuesta interpretada con lenguaje visual tanto del proceso de elaboración como del método de aplicación, en el cuerpo de esta entrada.Estas galletas bañadas en chocolate, se conservan en perfectas condiciones durante semanas guardadas en recipientes herméticos y almacenadas en un espacio oscuro, seco y alejado de fuentes directas de calor.