¿Cansados de comer helados repletos de azúcares e ingredientes poco saludables? Os propongo una deliciosa alternativa a los helados del supermercado, con las mismas características pero más beneficiosos para la salud. Tan sólo llevan cuatro ingredientes, y todos ellos son naturales. Su preparación es súper rápida y limpia; únicamente se necesita una batidora de brazo con su vaso mezclador para preparar la crema de los helados, unos moldes de helado para darles su forma, un vaso de caña resistente a las altas temperaturas para el fundido del chocolate y cinco minutos para su elaboración (hay que añadir el tiempo preciso de congelado y su posterior baño de chocolate). —Estos helados han sido testados en numerosas ocasiones por la cocina de cosmopolitancuisine, siempre con excelentes resultados. Podemos asegurar que tanto en presencia, como en sabor y textura ¡son increíblemente buenos!—
En la imagen de la izquierda se encuentra representada la tabla que refleja los valores nutricionales más destacados de los helados bombón saludables; valores medios por una porción de helado de 90 gr cada uno (producto terminado). Teniendo presente que los valores nutricionales que figuran en el cuadro son aproximados, y pueden variar según la clase o la marca registrada de ingredientes con los que la receta haya sido elaborada.
La ingesta de referencia corresponde a un adulto medio (8400kj/2000kcal). Hay que tener en cuenta que los valores porcentuales diarios pueden subir o bajar según el requerimiento calórico diario de cada persona.
Como se puede observar en la tabla nutrimental, cada Bombón helado aporta un valor energético de 208 kcal, que son compuestas principalmente por 18,3 gr de carbohidratos, 11,5 gr de grasa y 6,2 gr de proteínas.
—¡Un saludable y dulce capricho que se elabora con tan sólo cuatro ingredientes!—Uno de los cuatro ingredientes que se ha utilizado para elaborar estos exquisitos magnum saludables es leche en polvo, un alimento clasificado como «buen procesado»; este ingrediente lleva un procesamiento industrial o artesanal beneficioso e inocuo con respecto a sus propiedades saludables.
—¿Quieres saber un poco más acerca de la leche en polvo?— En los próximos párrafos podrás descubrir su historia, cómo se elabora, cuales son sus propiedades y muchas otras curiosidades. Después te mostraré con todo tipo de detalles la receta para preparar los helados bombón saludables con tan sólo cuatro ingredientes. —¿Estás preparado? ¡Vamos a verlo!—
La leche en polvo es un producto deshidratado que se puede encontrar fácilmente en los supermercados. En la sociedad actual la gente se ha vuelto más exigente en cuanto a los alimentos que consumen, ya que desean que los alimentos que van ha comprar no sólo sean nutritivos, sino también fáciles de preparar. Ante esta problemática, la industria alimentaria lleva años lanzando propuestas de todo tipo de alimentos deshidratados o en polvo sin ningún otro componente añadido. Este tipo de productos normalmente son de alta conservación y valor nutricional casi inalterable.
Antecedentes de la leche en polvo
Aunque podría pensarse que el proceso de deshidratación de la leche es relativamente moderno, en realidad no es así, la primera información que se tiene acerca de este producto data del siglo XIII, cuando Marco Polo visitó la corte de Kublai Khan. El comerciante veneciano dejó reflejado en uno de sus escritos sobre el método de conservación de la leche que utilizaban los tártaros de Mongolia, pues eran tribus nómadas con mucho énfasis en la expansión, lo que implicaba que muy a menudo viajasen grandes contingentes de guerreros a los que había que alimentar.
En uno de sus apuntes, Marco Polo hizo referencia a un proceso de desecación de la leche, que consistía en hervir la leche a fuego lento e ir separando constantemente el componente rico en grasa que ascendía a la superficie. Esta porción, se guardaba aparte y se utilizaba para fabricar mantequilla. La leche descremada restante se concentraba aún más desecándola al sol; pudiendo así conservarla mejor para las batallas venideras.
Durante las expediciones mongolas, cada hombre llevaba consigo una cantidad suficiente de leche desecada. Para reconstituir el producto, se colocaba la parte desecada en un recipiente de piel al que se le añadía agua. Después se mezclaba el producto, hasta que finalmente se formaba un fluído semisólido que constituía una de las comidas principales de los viajeros.
La leche en polvo en la actualidad
Se cuenta que la leche en polvo fue producida por primera vez en el año 1802 por el doctor ruso Osip Krichevsky quien invento el primer proceso moderno de elaboración de leche polvo (un método que podría ser considerado como más cercano al actual), que permitía conservar sus propiedades y aumentar su vida útil evaporando la leche pasteurizada en torreones especiales.
Osip trabajaba en la ciudad de Nerchinsk, en una remota región de Zabaykalsky, un lugar lejos de San Petersburgo, fundado como lugar de exilio. Osip era uno de los pocos médicos que trabajaba allí. Luchaba muy duro para ayudar a los necesitados, pero carecía de suministros médicos. Uno de los productos más saludables que tenía para alimentar a los refugiados era leche fresca; un producto muy perecedero. El médico ruso, con el fin de aumentar la vida útil de la leche, inventó una tecnología para transformar la leche líquida en polvo mediante un proceso de evaporación.
Desgraciadamente el inventor murió en el año 1832, por lo que no pudo contemplar cómo su innovación llegó hasta San Petersburgo, la capital del Imperio ruso en aquella época.
Tras el fallecimiento del médico Osip, parece ser que el químico ruso M. Dirchoff organizó la primera producción comercial de leche en polvo, aunque no existe demasiada información al respecto.
En el año 1855, TS Grimwade obtuvo una patente sobre el procedimiento de la leche en polvo, pese a que un patentado de proceso de secado al vacío ya había sido anteriormente patentado por William Newton en el año 1837.Transcurrido el tiempo, Henri Nestlé inventó una nueva fórmula especialmente indicada para bebés, que fue principalmente elaborada a base de leche de vaca deshidratada.
Henri Nestlé nació en la ciudad alemana de Frankfurt el 10 de agosto del año 1814. Con 29 años de edad se trasladó a Suiza y se instaló como comerciante en la pequeña localidad de Vevey. Emprendedor y apasionado por la investigación, Henri Nestlé comenzó a preocuparse por elaborar un producto alimenticio que contribuyera a combatir la altísima mortalidad infantil de la época (uno de cada cinco niños suizos fallecían antes de cumplir el primer año de edad). Después de muchos ensayos, hacia el año 1866 consiguió perfeccionar una fórmula compuesta esencialmente por leche en polvo y cereales molidos, a la que bautizó primero como «Harina Alimenticia» y después como «Harina Lacteada».
A partir de ese momento, Henri Nestlé abandonó todos sus proyectos para concentrarse en la elaboración del nuevo producto. El éxito fue prácticamente inmediato y en el año 1868 se lanzó a conquistar el mercado internacional. Cinco años después, las ventas habían alcanzado los remotos mercados de ultramar y ascendían a medio millón de envases al año. Para entonces Henri Nestlé estaba próximo a cumplir los sesenta años de edad y empezó a buscar un comprador para su negocio. Dos años después, firmó el documento mediante el cual transfería la fábrica, la patente del producto, el nombre y el emblema del «nido», el cual creó inspirándose en el significado de su propio apellido.
Hoy el mercado mundial de dicho producto produce anualmente alrededor de 3,86 millones de toneladas.
Cómo se fabrica la leche en polvo y sus beneficios funcionales.
La leche en polvo es únicamente leche deshidratada, cuyo contenido en agua es igual o inferior al 5% del peso total del producto final. Se obtiene mediante la deshidratación de la leche natural entera, semidesnatada o totalmente desnatada. Para conseguir ese resultado, la leche en estado líquido se somete a un tratamiento térmico, habitualmente una pasteurización a alta temperatura, seguida de un proceso de concentración en varias etapas, hasta alcanzar una concentración aproximada del 45% de materia sólida. La característica de este proceso es que se realiza mediante el calentamiento de la leche líquida. Finalmente se lleva a cabo un proceso de secado en cilindros calefactores por pulverización o por atomización de la leche.
El primer caso, aunque es interesante por la posible reducción del gasto energético, la calidad del producto final es inferior a la obtenida por atomización.
El secado por atomización se realiza en una corriente de aire caliente (spray), donde la mayor parte del agua que contiene la leche se evapora, dando como resultado un polvo de color blanco amarillento que conserva casi intactas todas las propiedades nutricionales de la leche en su estado natural.
Esta tecnología es la que se utiliza casi exclusivamente en el sector lácteo, ya que permite producir leche en polvo con buena solubilidad y, lo que le aporta una de sus principales ventajas: dura mucho más que su versión líquida. Si ésta suele permanecer en buenas condiciones entre 6 y 7 días en la nevera una vez abierta, la leche en polvo bien conservada (que haya sido guardada dentro de un envase hermético y almacenada en un lugar oscuro, seco y alejada de fuentes directas de calor) puede durar hasta 18 meses a temperatura ambiente.
¿Sabías que…
un almacenaje inadecuado de la leche en polvo podría alterar sus particularidades naturales, afectando de manera significativamente negativa a las propiedades organolépticas del producto?
Cuando se trata de leche entera en polvo, su almacenamiento y conservación debe realizarse meticulosamente y con más cuidado que para el resto de leches en polvo (descremadas), ya que más del 25% del producto es grasa láctea que, si no se almacena y protege bien, puede tener mayor problema de enranciamiento.
A pesar de que se comercializan muchos tipos de leche en polvo, la producción se centra en los polvos de leche entera y desnatada. La leche en polvo entera conserva un mínimo del 26% de materia grasa en peso, mientras que la leche en polvo desnatada conserva un máximo del 1,5% de grasa.
¿Sabías que…
la leche en polvo reconstituida constituye una fuente excelente de alimentación para lactantes? —una opción considerada menos óptima que la lactancia materna; según los estudios llevados a cabo—.
Las leches en polvo contribuyen a presentar una imagen saludable y una etiqueta limpia de ingredientes. Además brindan numerosos beneficios funcionales como ingredientes en gran variedad de alimentos. Los principales componentes de la leche en polvo (proteínas, hidratos de carbono (lactosa) y grasa láctea) afectan al rendimiento de las leches en polvo y su adecuación para cada tipo de aplicación.
La leche en polvo se puede usar como sustituto de la leche líquida en numerosas situaciones. Por lo que, tanto entera como desnatada, no sirve únicamente para «rehacer» la leche y tomarla tal cual, sino que se emplea en la alimentación en mayor medida de lo que se pudiera creer.
Entre otros, la leche en polvo permite mejorar el sabor y el color de algunos alimentos durante el horneado. Es un emulsionante natural capaz de mejorar la textura de algunos preparados, además de enriquecerlos.
En la elaboración de productos como el chocolate, por ejemplo, no es apropiado la adición de leche líquida (chocolates con leche), debido a que el chocolate es un producto hidrófobo, es decir, repele los líquidos con un gran porcentaje de agua.
La leche en polvo también se utiliza con mucha frecuencia en factorías de panadería, confitería, salsas, sopas, bebidas y embutidos. Igualmente se utiliza en multitud de preparaciones para fabricar de forma industrial o casera productos tales como: leche condensada, pan, yogures, helados, etc.
¿Sábias que…
la leche en polvo se utiliza ampliamente en la industria para fortificar la leche líquida en la fabricación de algunos lácteos como el yogur, el queso o el helado?
En la industria láctea generalmente la tasa de adición de leche en polvo en el yogur puede variar de un 1% a un máximo de un 10%, pero el nivel recomendado es de 3% a 4%, ya que la adición de niveles más altos podría modificar significativamente su sabor. Si por ejemplo hiciésemos el yogur en casa, éste probablemente sólo tendría dos ingredientes: leche y fermentos lácticos. Pero en muchos de los yogures que se comercializan, aparece descrito en la etiqueta de ingredientes un elemento más. Esto es así porque la leche en polvo es más concentrada y, por tanto, se consigue una textura menos acuosa y más espesa en este tipo de lácteos.
¿Sabías que…
el objetivo de añadir leche en polvo en algunos lácteos industriales es garantizar una consistencia firme y homogénea?
La normativa española establece que en los yogures, quesos y helados se puede añadir algún derivado natural de la leche, como leche en polvo, concentrados de suero o caseinatos dentro de unos límites máximos permitidos (máximo de un 5% en el yogur natural; 10% en el resto de yogures y 5% en quesos), este dato debe estar indicado en la etiqueta del producto, aunque no hay obligación de hacer referencia al origen de la leche en polvo, porque ésta siempre representaría un porcentaje inferior al límite previsto para la indicación del origen.
Valoración nutricional
La leche en polvo tiene un alto valor energético y una cantidad elevada de proteínas de excelente calidad (por efecto de la concentración), con aminoácidos fácilmente digeribles y completamente biodisponibles. La proteína del suero lácteo, que representa el 20% de las proteínas de la leche en polvo, es muy valorada por sus numerosas propiedades beneficiosas para la salud.
También tiene una proporción muy alta de calcio y gran variedad de vitaminas del grupo B, que intervienen en numerosos procesos del metabolismo celular, presentando un papel esencial en el mantenimiento de las funciones cerebrales y del sistema nervioso
La leche en polvo conserva la mayor parte de las propiedades nutricionales de la leche líquida. Sin embargo, como ya se ha dicho, las condiciones de almacenamiento inadecuadas como una alta humedad relativa y una temperatura ambiente excesiva, pueden degradar significativamente el valor nutritivo del producto.
Nutrientes: Leche en polvo natural sin grasa (la más demandada por el consumidor final), sin adición de vitamina A y vitamina D .
La leche es un alimento sumamente nutritivo compuesto por aminoácidos esenciales, calcio y una variedad de vitaminas y minerales. Si bien los niveles de nutrientes varían entre las distintas leches en polvo, estas conservan muchas de las propiedades nutricionales de su fuente láctea original. En la tabla de la izquierda se muestran los valores promedio de nutrientes de la leche natural desnatada en polvo.
Generalmente 100 gramos de Leche en polvo (dependiendo de la procedencia de la leche y de la forma de cría de las vacas) contiene aproximadamente 362 calorías (18% del total diario necesario en una dieta diaria de 2000 kcal). 52 gramos de carbohidratos, de los cuales 51,98 gramos son azúcares. No tiene fibra. Aporta 36,16 gramos de proteína. Tiene 535 miligramos de sodio (36% del total diario requerido). 3,16 gramos de agua (el 3% del peso total). Contiene insignificantes cantidades de grasa y colesterol. Además incluye algunas vitaminas importantes: Vitamina C (6,8 mg), Vitamina B9 (50 mg) o Vitamina B12 (4,03 mg). También minerales esenciales: Calcio (1257 mg), Fósforo (968 mg) o Potasio (1794 mg).
Carbohidratos
La lactosa es el principal hidrato de carbono de la leche en polvo y representa alrededor del 52% del contenido total de sólidos no grasos de la leche. La leche en polvo también contiene cantidades pequeñas de oligosacáridos, glucosa y galactosa. Algunos investigadores especulan que la galactosa podría desempeñar una función única en el cerebro infantil de rápido desarrollo. En los mamíferos una parte de la lactosa ingresa en el colon, donde promueve el crecimiento de bacterias beneficiosas de ácido láctico, lo que podría ayudar a combatir los trastornos gastrointestinales.
Dado que la digestión de la lactosa es mucho más lenta que la de la glucosa y la fructosa, se considera que la lactosa es relativamente segura para los diabéticos. No causa un aumento brusco de los niveles de glucosa como los endulzantes y, por ende, tiene una ventaja nutricional en la dieta para diabéticos. Sin embargo, en cada caso la recomendación puede variar conforme a las características individuales de cada individuo. Por ello, siempre se debe visitar a un médico especialista en nutrición, para obtener una recomendación detallada y personalizada.
¿Sabías que…
la lactosa es reconocida por su capacidad de estimular la absorción intestinal del calcio?
Algunas personas tienen dificultades para metabolizar la lactosa debido a los niveles reducidos de lactasa que presentan, afección que se denomina no persistencia de lactasa. Algunas investigaciones recientes indican que la mayoría de las personas que padecen no persistencia de lactasa podrían consumir la cantidad de lactosa presente en 250 a 500 ml de leche por día, si se ingiere junto con una comida. No obstante, la cantidad adecuada será aquella que haya sido determinada por un profesional de la salud de forma individual y personalizada de acuerdo a cada paciente.
Proteínas
La leche en polvo de vaca está reconocida como una excelente fuente de proteínas de alta calidad. Las proteínas representan el 36,16% del contenido total de sólidos no grasos de la leche. La leche en polvo también contiene pequeñas cantidades de diversas enzimas. Del total de proteínas de la leche, alrededor del 80% es caseína y el 20% es proteína de suero lácteo.
Los elementos constitutivos de las proteínas son los aminoácidos. En todas las proteínas hay alrededor de 20 aminoácidos, y al menos 9 de ellos son nutrientes esenciales (los aminoácidos esenciales no los puede producir el cuerpo, en consecuencia, deben provenir de los alimentos). Las leches en polvo contienen todos estos aminoácidos esenciales, más otros que también son necesarios, en cantidades considerables. Por ejemplo, la lisina resulta de particular interés, ya que es el primer aminoácido limitante en las personas cuyas dietas se basan principalmente en cereales y fuentes de proteínas vegetales.
¿Sabías que…
tan solo el contenido de proteínas de la leche hace que ésta y todos sus derivados sean un componente esencial de la dieta?
Vitaminas destacadas
La leche contiene muchas de las vitaminas esenciales para el crecimiento humano. El contenido de vitaminas de la leche en polvo es similar al que se encontraría en la leche líquida de la cual se obtuvo. Las Vitaminas pueden ser solubles en agua (Vitaminas C y B) o solubles en grasa (A, D, E y K). Las vitaminas solubles en agua circulan en el torrente sanguíneo y no se almacenan por mucho tiempo. Por el contrario, las vitaminas solubles en grasa se pueden almacenar en el cuerpo durante semanas, meses e incluso años, por lo que se tarda mucho más en desarrollar una deficiencia.
Las vitaminas A, D, E y K al estar relacionadas con el componente de grasa de la leche, se encuentran presentes en mayores cantidades en la leche entera en polvo, que en las leches en polvo desnatadas.
Algunas de las vitaminas que generalmente se encuentran en 100 gramos de leche en polvo (depende de la procedencia de la leche y forma de cría de las vacas), sin grasa, natural, sin adición de vitamina A y vitamina D son las siguientes:
Vitamina A – 22 IU (1% del valor diario recomendado para un adulto): La preformada vitamina A, también llamada Retinol, se encuentra en los productos de origen animal y tiene múltiples funciones: mantener el funcionamiento del sistema inmunitario, el crecimiento celular, la transcripción de los genes, la formación de proteínas y la salud de la piel, entre otros.
Vitamin B12 – 4,03 µg (67% de la ingesta de Vitamina B12 del total diario recomendado): La Vitamina B12 fue inicialmente descubierta como tratamiento para la anemia perniciosa. Juega un gran papel en mantener el sistema nervioso central del cuerpo y ayuda a la formación de glóbulos rojos.
Vitamina C – 6,8 mg (proporciona el 11% del valor diario recomendado para un adulto medio): La Vitamina C, también conocida como ácido ascórbico, es una vitamina soluble en agua, lo que significa que el cuerpo no puede producirla y tampoco almacenarla. Por tanto es importante incluir muchos alimentos que contengan esta vitamina en la dieta diaria. Esta vitamina se necesita para el crecimiento y reparación de tejidos en todas las partes del cuerpo. También es un buen antioxidante; los antioxidantes son nutrientes que bloquean parte del daño causado por los radicales libres, ayuda a que se produzca menos estrés oxidativo en el cuerpo y disminuye el riesgo de cáncer.
Vitamina B2 – 1,55 mg (91% de la ingesta diaria total recomendada de Vitamina B2): La Vitamina B2 o Riboflavina es una de las vitaminas solubles en agua más distribuidas. La Riboflavina juega un rol importante en la protección de los constituyentes celulares de daño oxidativo y la reducción del cansancio y fatiga. Trabaja con otras vitaminas del complejo B; es importante para el crecimiento del cuerpo, ayuda en la producción de glóbulos rojos y contribuye en la liberación de energía de las proteínas.
Vitamina B3 – 1,0 mg (5% de la ingesta diaria total recomendada de Vitamina B3): También conocida como niacina, la Vitamina B3 es un nutriente hidrosoluble esencial para el metabolismo de carbohidratos y grasas. También ayuda a disminuir el colesterol dañino mientras que aumenta el colesterol «bueno». Además ayuda al funcionamiento del aparato digestivo, la piel y los nervios y es importante para transformar los alimentos en energía.
Vitamina B5 – 3,56 mg (36% del valor diario recomendado para un adulto): La Vitamina B5 se conoce como ácido pantoténico, es un gran fortalecedor del sistema inmunitario, mejora el nivel de hemoglobina en el cuerpo humano y ayuda al hígado a metabolizar sustancias tóxicas.
Vitamina B9 – 50 µg (proporciona el 13% del valor diario recomendado para un adulto medio): La vitamina B9 también conocida como ácido fólico o folato, es un componente vital para un desarrollo normal, crecimiento, reproducción y funcionamiento de todas las células del cuerpo. Trabaja junto con la vitamina B12 y la vitamina C para ayudar al cuerpo a descomponer, utilizar y crear nuevas proteínas. Ayuda a la formación de los glóbulos rojos (ayuda a prevenir la anemia) y colabora con la producción de ADN, el pilar fundamental del cuerpo humano que transporta información genética.
Minerales destacados
Los minerales se dividen en dos categorías: aquellos que se necesitan en la dieta diaria en cantidades superiores a 100 mg por día, que se denominan simplemente minerales, y aquellos que se necesitan en cantidades inferiores a 100 mg por día, generalmente llamados oligoelementos —una dieta balanceada normalmente proporciona todos los minerales esenciales—.
La leche en polvo y los productos lácteos son fuentes importantes de los principales minerales, especialmente calcio, fósforo, magnesio, potasio y oligoelementos como el zinc.
Uno de los minerales que muestra mayor deficiencia en la población mundial es el calcio. Los productos lácteos como la leche en polvo son una excelente fuente de calcio.
Sabías que…
la leche en polvo también es utilizada como ingrediente para enriquecer con calcio otros productos alimenticios elaborados que tienen un bajo contenido de este mineral?
Algunos de los minerales encontrados en 100 gr de leche en polvo natural sin grasa, sin adición de vitamina A y vitamina D son:
Calcio 1.257 mg (proporciona el 126% del valor diario recomendado para una persona media): El calcio es el mineral más abundante que se encuentra en el cuerpo humano. Los dientes y los huesos son los que contienen la mayor cantidad. Los tejidos corporales, las neuronas, la sangre y otros líquidos del cuerpo contienen el resto del calcio. El calcio cumple una función esencial en el mantenimiento de la salud de los huesos y la prevención de la osteoporosis. La salud de los huesos es una preocupación tan importante que recientemente se han revisado las ingestas diarias recomendadas de calcio y, se han aumentado para casi todas las categorías de edades. Este vital mineral también es fundamental para la conducción nerviosa, la contracción muscular, el ritmo cardíaco, la coagulación sanguínea, la producción de energía y el mantenimiento de la función inmunitaria.
Potasio 1.794 mg (38% de la ingesta de Potasio total recomendada): El potasio es un mineral que el cuerpo necesita para funcionar normalmente. Es un tipo de electrolito. Una adecuada ingesta de potasio es importante para mantener el crecimiento normal del cuerpo, controlar el equilibrio ácido-base, crear proteínas, regular el funcionamiento digestivo, crear músculo, y controlar la actividad eléctrica del corazón. También permite que los nutrientes fluyan a las células y a expulsar los desechos de estas. Una dieta rica en potasio ayuda a contrarrestar algunos de los efectos nocivos del sodio sobre la presión arterial.
Magnesio 110 mg (proporciona el 28% del valor diario recomendado para un adulto): El Magnesio es un elemento esencial para el almacenamiento de energía en las células corporales. Ayuda en la producción de energía y proteína. El magnesio es necesario para más de 300 reacciones bioquímicas en el cuerpo. Contribuye a mantener el funcionamiento normal de músculos y nervios, brinda soporte a un sistema inmunitario saludable, mantiene constantes los latidos del corazón y colabora para que los huesos permanezcan fuertes. También ayuda a ajustar los niveles de glucosa en la sangre.
Fósforo 968 mg (97% de la cantidad de fósforo recomendada a diario): Después del calcio, el fósforo es el mineral más abundante en el cuerpo. Está presente en cada célula del cuerpo. La principal función del fósforo es la formación de huesos y dientes. Además este mineral cumple un papel importante en la forma de cómo el cuerpo usa los carbohidratos y las grasas. También es necesario para que el cuerpo produzca proteína para el crecimiento, conservación y reparación de células y tejidos. Asimismo, el fósforo ayuda al cuerpo a producir ATP, una molécula que el cuerpo utiliza para almacenar energía. El fósforo trabaja con las vitaminas del complejo B. También contribuye con el funcionamiento de los riñones, la contracción de muscular, palpitaciones normales y señales nerviosas.
Sodio 535 mg (36% del valor diario recomendado para un adulto de tamaño medio): La ingesta óptima de sodio permite la creación de electrolitos y una presencia esencial de iones en el fluido extracelular (ECF). Sin embargo, hay que mencionar que los altos niveles de sodio en el cuerpo están asociados con una alta presión sanguínea y hipertensión.
Zinc 4,08 mg (27% del valor diario recomendado para una persona): El Zinc es un oligoelemento importante que que las personas necesitan para mantenerse saludables. Es un mineral realmente vital para el cuerpo humano, pues ayuda a regular la producción celular en el sistema inmunitario. Los beneficios para la salud del Zinc incluyen la reducción de los niveles de estrés, el control de la diabetes, la digestión, el correcto funcionamiento del sistema inmunitario y energía metabólica.
Selenio 27,3 µg (proporciona el 39% del valor diario recomendado para un adulto medio): El Selenio es un oligoelemento que el cuerpo solo lo necesita en pequeñas cantidades. Es un mineral esencial que el cuerpo necesita para estar saludable, ya que ayuda al cuerpo a producir proteínas especiales, llamadas enzimas antioxidantes. Estas participan en la prevención del daño celular. Los científicos e investigadores sugieren que el Selenio previene ciertos tipos de cáncer, tales como de estómago, colon, vejiga, pulmón, piel, esófago, y de próstata. También protege al cuerpo de los efectos tóxicos de los metales pesados y otras sustancias dañinas.
Como has podido leer, la leche en polvo es un alimento natural muy nutritivo que se produce desde hace siglos y sirve para mezclarlo con agua o para preparar deliciosas recetas cremosas y muy provocativas. Con un sabor más concentrado que el de la leche líquida, la leche en polvo es ideal para acentuar sabores, resaltar texturas y enriquecer todo tipo de preparaciones. En esta ocasión la he utilizado para preparar estos fantásticos helados bombón saludables. —¡Estoy segura de que os van a encantar! Pruébala y descubre otra manera irresistible de sorprenderte a ti mismo y a todos tus seres queridos—
Texto inspirado y desarrollado a través de las consultas realizadas a las siguientes fuentes de información: GAG (gestión agroganadera), Infoalimenta, Fenil, El diario.es (consumoclaro), Wikipedia, Think USA Dairy®, Buenastareas.com, Medlineplus, Central Lechera Asturiana®, Todoalimentos.org, Russia Beyond, Leche Puleva®, Edubilla.com (Global Education Needz), Nestlé® y Gesvendinggroup.
(*) En este artículo no se realiza publicidad de ningún tipo; las opiniones expresada en este artículo son totalmente personales y sin ánimo de lucro.
(**) La finalidad de este artículo es fomentar la comprensión y el conocimiento de temas generales de salud. Su propósito no es sustituir la opinión, el diagnóstico o el tratamiento profesionales. Solicita siempre la opinión experta de tu nutricionista u otro proveedor de Salud Calificado y dile siempre cualquier pregunta que tengas en relación con alguna enfermedad o tratamiento médico.
(***) La información disponible en este sitio no debe utilizarse como sustituto de atención médica o de la asesoría de un profesional médico. Hable con un profesional de la salud si tiene preguntas sobre su salud.
Receta: Helado bombón saludable ¡sólo cuatro ingredientes!
Ingredientes (4 helados grandes 90 gr cada unidad):
- 250 Gr Plátano de Canarias
- 25 Gr Crema de almendras u otro fruto seco
- 25 Gr Leche en polvo desnatada
- 150 Gr chocolate 100% cacao o con un mínimo de 70% cacao (sólo se utilizaran 60 gramos de chocolate para esta receta)
Elaboración:
Poner dentro de un vaso batidor los plátanos pelados, la crema de almendras y la leche en polvo.
Batir los ingredientes con un batidor de brazo hasta obtener una crema suave y homogénea.
Disponer sobre la mesa de trabajo cuatro moldes para dar forma a los helados (para desarrollar esta receta se han utilizado los moldes de silicona de la marca Silikomart® —¡son geniales!— pero se pueden utilizar otros cualquiera) con una capacidad de aproximadamente 90 ml cada uno (si se desea conseguir unos helados con las mismas características o parecidas a los de esta receta).
Llenar con la mezcla todas las cavidades de los moldes y colocar en cada molde sus correspondientes palitos.
Colocar los moldes dentro del congelador (sobre una superficie plana que no sea directamente sobre el cajón del congelador: encima de una bandeja o plato plano) y dejar reposar por seis horas como mínimo, mejor si permanece durante todo un día o toda la noche.
Cuando la crema de los helado esté completamente congelada, preparar el baño de chocolate.
Para ello, fundir los 150 gr de chocolate negro en intervalos de 30 segundos dentro de un recipiente apto para el microondas (para esta receta se ha utilizado un vaso del tipo vaso de caña 20 bormioli Duralex® resistente a las altas temperaturas y fabricado con vidrio tensionado), o en un cazo al baño maría sobre el fuego durante unos minutos. En el segundo caso, verter el chocolate una vez se haya fundido en un recipiente de similares características a las indicadas (dependiendo de la clase de chocolate que se utilice, éste una vez derretido puede quedar más o menos fluido. Si el resultado fuese demasiado denso, se podría añadir una avellana de aceite de coco o manteca de cacao).
Cuando el chocolate esté completamente fundido y dentro del vaso de caña, sacar los moldes de helado del congelador, incluyendo la bandeja sobre las que se colocaron los moldes antes de meterlos dentro del congelador. Extraer las piezas de helado de las cavidades de los moldes e ir sumergiendo cada una de ellas dentro del chocolate fundido (esta acción ha de ser rápida, así se obtendrá una cobertura de chocolate fina y sin imperfecciones), escurrir durante unos segundos el exceso de chocolate y colocar nuevamente sobre la bandeja (que debe estar congelada).
Cuando haya finalizado todo el proceso, ya se pueden disfrutar. Si no se van a comer en ese mismo momento, llevar otra vez al congelador para consumirlos cuando se desee!