—¡Mirad que delicia vamos a merendar hoy en cosmopolitancuisine!— crepes fit con frutas y yogur griego, —¡están buenísimos!— también se pueden tomar junto a otros ingredientes dulces, o si se prefiere, acompañarlos de otros que sean salados, —¡con jamón y queso quedan igualmente exquisitos!—
Estos crepes fit son una variación más ligera de la receta original. Su textura es suave y flexible. No contienen grasas ni azúcares añadidos, y para prepararlos solo son necesarios 5 minutos, tres ingredientes y una crepera o sartén antiadherente bien caliente.
En la imagen de la izquierda se encuentra representada la tabla que refleja los valores nutricionales más destacados de los crepes fit; valores medios por una porción de 50 gr de masa de crepe en crudo (antes de ser cocinada). Teniendo presente que los valores nutricionales que se muestran en ella son aproximados, y pueden variar según la clase o la marca registrada de ingredientes con los que la receta haya sido elaborada.
La ingesta de referencia corresponde a un adulto medio (8400kj/2000kcal). Hay que tener en cuenta que los valores porcentuales diarios pueden subir o bajar según el requerimiento calórico diario de cada persona.
Como se puede observar en la tabla nutrimental, cada crepe fit aporta un valor energético de 35 kcal, que son compuestas principalmente por 2,6 gr de carbohidratos, 0,5 gr de grasa y 4,5 gr de proteínas.
Antes de desvelar todos los secretos para elaborar estas fantásticas crepes fit, me gustaría que me acompañaras en los próximos párrafos para leer un pequeño relato que trata sobre la historia y otras curiosidades de las crepes.
Las crepes son un tipo de pancake (tortita) y su sonido deriva del latín crispus (rizado), debido posiblemente a la forma que toma su borde al ser cocinado.
En la actualidad, las crepes clásicas se elaboran con harina de trigo, huevos, leche, mantequilla y azúcar. Son los cinco ingredientes que tradicionalmente se utilizan para hacer las mundialmente conocidas crepes francesas, —¡las más finas y suaves!—
Por otra parte, si la harina de trigo candeal se sustituye por harina de trigo sarraceno (más oscura y áspera), el azúcar por sal, un poco de aceite de oliva en lugar de mantequilla y agua en vez de leche, se obtendrá otra variante, las populares galettes bretonnes, para rellenar con casi cualquier ingrediente salado.
Ambas se cocinan en una crepera, sartén normal de bordes bajos, o en una placa calefactora especialmente diseñada para cocinar crepes.
¿Sabías que…
la principal diferencia entre una crepe y una galette bretona es la harina que se usa? para las crepes se utiliza harina de trigo candeal y para las galettes harina de trigo sarraceno.
—¡No las confundas!— Decir que una galette bretona es una crepe salada, es un gran error. La galette se prepara con otro tipo de ingredientes; por lo que toda la composición química, su aspecto, la textura y el sabor son totalmente distintos.
Las crepes son un producto de fácil elaboración que se puede hacer de diferentes maneras. Son un sustento ligero, sencillo y barato que admite casi cualquier tipo de relleno. Son muy versátiles y pueden llegar a ser desde la comida principal hasta el postre; servirse calientes o frías, sin acompañamiento o adornadas con una pequeña guarnición.
La cocina francesa es una de las más valoradas del mundo y uno de sus platos estrella son las famosas crepes (escrito en francés crêpes). Las crepes de Francia son originarias de la región de Bretaña, ubicada en la península del noroeste de Europa continental. Se dice que, gracias a las cruzadas del siglo XIII, en la época del imperio romano, se introdujo una nueva especie de cereal vegetal muy usado en oriente medio, llamado trigo sarraceno o alforfón; un trigo negro cuyo cultivo resultó ideal en el clima bretón (húmedo con terrenos ácidos poco fértiles), y a partir del cual se creó la primera y famosa receta de la crepe.
En ese momento, el término crepe aparece por primera vez en fuentes escritas, y es en la Edad Media, cuando esta clase de tortitas fueron adquiriendo esa forma y textura que en la actualidad nos resulta más familiar. A medida que la cocina fue evolucionando, con mejores utensilios y una tecnología más avanzada para procesar los ingredientes y controlar la cocción, estas masas se fueron perfeccionando hasta el día de hoy.
¿Sabías que…
la harina blanca (refinada) no se utilizó en las crepes, ni se popularizó hasta el siglo XX con la llegada de la Revolución Industrial?
Francia es uno de los paraísos gastronómicos más reconocidos del mundo, —y motivos no le faltan— pues son muchos los orgullos culinarios que definen la cocina gala. Pero en esta ocasión quedamos eclipsados sólo con uno de ellos: las crepes, un plato en apariencia sencillo al que muy pocos pueden resistirse.
Tanto es así, que esta delicia con sello francés puede presumir como nadie, de ser la protagonista de una de las festividades más populares que se celebra en Francia: el Día de la Crêpe, más conocida como La Chandeleur o fiesta de La Candelaria.
La fiesta de la candelaria se celebra cada año el día 2 de febrero, justo 40 días después de la Navidad. Ese día es tradición en Francia que familias enteras y grupos de amigos se reúnan para comer todo tipo de crepes en sus casas, restaurantes, o en las creperías más tradicionales.
La Candelaria es una festividad local que provoca que gran parte de las calles de Francia queden impregnadas de un irresistible aroma a crepe —¡que delicia!—
Existen diferentes teorías que explican el origen de esta fiesta y el por qué se celebra comiendo crepes.
Una de las más extendidas hace referencia a una tradición pagana; según esta, era costumbre pasear por las calles con antorchas para celebrar la llegada de una época de mucha fertilidad para las tierras. La Chandeleur es una herencia del Imperio Romano. Era una fiesta en honor a Pan, semidiós de los pastores y rebaños, durante la cual los Romanos iban por las calles agitando antorchas. De ahí viene el nombre de la Fiesta de las Candelas.
Más tarde, en el siglo V, el Papa Gelasio I convirtió esta tradición pagana en católica, para celebrar el día en que Jesús fue presentado en el templo. En ese momento cambiaron las antorchas por velas, y se comenzó a pasear por las calles formando una procesión que terminaba en su lugar de culto.
—Aquí entran en escena las crepes— Al parecer, Gelasio I instauró la tradición de repartir este tipo de tortitas a todos los peregrinos que llegaban a Roma el día 2 de febrero —¡Sin duda, una estupenda bienvenida!—
Una segunda teoría relaciona el origen de La Chandeleur con la prosperidad «fiesta vinculada a un rito de fertilidad». Se celebraba la fertilidad de las tierras por el principio de la primavera y el fin del invierno. Al inicio del año, el trigo sarraceno que sobraba de la cosecha pasada, se utilizaba para elaborar las crepes; su forma circular era como un homenaje al esperado y ansiado sol: una celebración de los días más largos y un símbolo que daba paso a una nueva temporada llena de fortuna.
¿Sabías que…
La Chandeleur suele celebrarse por la tarde y la tradición aún está rodeada de muchas supersticiones?
Cuentan los lugareños que al hacer la primera crepe en la sartén hay que hacerla saltar, darle la vuelta con la mano derecha mientras que se sujeta una moneda de oro en la mano izquierda. Si la crepe llega correctamente a la sartén, significa que se tendrá prosperidad durante todo el año.
Otra superstición cada vez menos practicada, consiste en dejar la primera crepe hecha en este día encima de un armario, de igual manera, para atraer la prosperidad y buena suerte.
La mejor forma de degustar las crepes es recién hechas y calentitas. A medida que se vayan cocinando las crepes en la sartén, se pueden colocar en un plato unas sobre otras y cubiertas con un paño para que mantengan bien el calor. También se las puede meter en el horno a baja temperatura para que no se enfríen.
Si se hace un excedente de crepes, se pueden guardar en la nevera, dentro de un recipiente hermético, y sacarlas para tomarlas en los próximos desayunos, almuerzos o meriendas. —¡Se conservarán estupendamente durante los siguientes 4 días!—
Es conveniente guardarlas sin rellenar. —Siempre es un buen recurso disponer de crepes dentro de la nevera. Por ejemplo, si sobra ensalada, pollo u otros restos de la comida, solo hay que colocarlos en una crepe con un poco de queso o un tomate y… ¡ya se tendrá la cena lista!—
Igualmente se puede refrigerar la masa de las crepes sin cocinar (cubierta o dentro de un envase con tapadera), así se mantendrá en perfectas condiciones al menos dos días.
Otra opción sería congelar las crepes una vez elaboradas, aunque no es aconsejable descongelarlas en el microondas, porque perderán su delicada textura. —Una buena idea es «revivirlas» en la sartén una vez se han descongelado, ¡después se las puede acompañar con los ingredientes preferidos!—Aunque las crêpes procedentes de la cocina típica francesa tienen la fama de ser las tortitas dulces más finas y suaves, mencionar que en España existen otras exquisitas alternativas: la filloa gallega, y los frixuelos asturianos —¡son riquísimos!— En Estados Unidos tienen los pancakes americanos, aunque estos llevan levadura química, lo que les proporciona mayor grosor y esponjosidad. Asimismo cada país cuenta con un tipo receta de orígen distinto y, aunque todos ellos comparten una base similar, tanto la composición de sus ingredientes, como la forma de hacerlas y también de comerlas, es diferente en cada lugar.
Como se ha podido leer, se trata de una preparación tan básica que está presente en prácticamente todos los rincones del mundo. Solo es necesario un cereal molido, algún ingrediente líquido y una fuente de calor para cocinar —¿sencillo verdad?—
En Cosmopolitancuisine también tenemos nuestra propia versión de pancakes al estilo de las crepes. ¿Quieres descubrir qué ingredientes llevan las crepes fit de Cosmopolitancuisine?, ¿son fáciles de preparar?, ¿Cuánto tiempo requiere su elaboración? —¡veámoslo todo a continuación!—
Texto inspirado y desarrollado a través de las consultas realizadas a las siguientes fuentes de información: Le Cordon Bleu, Guide Resto Paris, Universal de idiomas, Bon Viveur, Directo al paladar, Merriam-Webster, Condé Nast Traveler, Explore France™.
Ingredientes (8 unidades):
- 300 G Clara de huevo (puede ser pasteurizada)
- 70 G Leche fresca de vaca semidesnatada o bebida vegetal
- 30 G Harina integral de avena
Elaboración:
Poner las claras de huevo, la leche y la harina de avena dentro de un vaso batidor o un bol (poner siempre los líquidos primero, de lo contrario, si se pone la harina abajo, va a costar más mezclarlo todo).
Batir todos los ingredientes con una batidora de brazo o un batidor manual, hasta obtener una crema lisa y homogénea (sin grumos). La masa debe ser líquida.
Poner a calentar en el fogón una crepera o sartén plana (preferiblemente antiadherente). Si la crepera o la sartén que vas a utilizar no tiene un buen antiadherente, engrasar antes de cada uso pincelando la superficie con aceite de oliva virgen extra.
Cuando la crepera o la sartén esté bien caliente, verter sobre ella 50 gr de crema en el centro. Esparcir bien la crema por toda la sartén realizando movimientos circulares, cubriendo toda la superficie de la crepera. También se puede usar un rastrillo para extender la masa y la espátula para darle la vuelta.
Cuando empiece a cuajar, darle la vuelta con una espátula o lengua flexible y cocinar el crepe brevemente por el otro lado.
Repetir la operación hasta terminar toda la masa.
Sirve los crepes fit con el acompañamiento que más te guste. En esta ocasión los hemos tomado con yogur griego, frutos rojos y un chorrito de sirope de arce.
—¡Buen provecho!